Querida comunidad educativa Agustiniana:

Joven agustiniano, reconoce qué estás llamado a una vida llena de sentido; lo más valioso qué tienes entre tus manos es tu vida.  Imagínate: ¿qué quisieras que pasará por tus manos?. Abre tus manos a la vida.  En este momento te invito para que logres aterrizar tus anhelos y te des cuenta de que la riqueza más grande está entre tus propias manos, estás llamado a reconocer que eres el fruto del amor de tus padres, que Dios te ha acompañado a lo largo de toda tu vida, y que a su vez, él nunca te va a desamparar.

Confía en que entre tienes el mayor tesoro, es decir tu propia vida; esa vida hay que: conocerla, aceptarla, amarla, transformarla. La vida es un regalo que se te ha dado, pero es muy frágil y a ti te corresponde administrarla de la mejor manera posible.